Microrrelato - Cansancio

 


Me sentía mayor, más de lo que querría. La vida me había pasado factura demasiado pronto. A mis cuarenta y cuatro años había superado un cáncer de mama y ahora debía hacer frente a la muerte prematura de un ser muy querido, del amor de mi vida: mi marido. De la noche a la mañana, sin conseguir la descendencia que anhelábamos, me quedé completamente sola. La oficina vacía de mi doctor no me reconfortaba. Las molestias de cansancio y migrañas apuntaban a una probable fibromialgia. Tras las pruebas solo me quedaba esperar a que me confirmara el dichoso resultado. Podía oler el fatídico final de aquella historia. Cuando el doctor apareció detrás de mí con una voz demasiado dulce:

—Ana, querida...  solo estás embarazada.


Comentarios

Entradas populares