Lazo carmesí (microrrelato)



Empezó a llorar frente a mí. Aquel juego estúpido de no parpadear se me daba mejor que a él, y todo era para poder devolver a Alba el lazo carmesí que había perdido. Ambos estábamos locos por ella. No podría contar las veces que la he mirado a escondidas, las veces que me han hipnotizado sus carcajadas, las veces que he memorizado sus movimientos de pelo. No era la mujer más bella del mundo, pero tenía algo que me embriagaba y no podía considerar mi simple existencia sin ella, aunque tan solo fuera verla a distancia. Me creía vencedor cuando un golpe de viento me traicionó y me hizo pestañear. El vencedor, aún con los ojos rojos, sonrió maliciosamente y se fue al encuentro de Alba. Y yo, en lugar de irme, preferí torturarme y espiar cómo mi contrincante se llevaba el premio de poder acercarse a ella y tener el privilegio de que esos lindos ojos se posaran en él. Sin embargo, ese chico engreído volvió antes de lo previsto con una nota de la mujer a la que amábamos. “Es para ti”, dijo refunfuñando. Al abrirla pude leer: “¿Quieres ir al cine conmigo?, Me llamo Alba”. Pero el orgullo me impidió llorar...

Comentarios

Entradas populares